Ashes and snow.
Y el niño se sentó.
Miró al horizonte, tan vacío como su mente calma y abrió el libro que traía.
...El elefante lo esperaba,
echado en la orilla del Destino,
con su mente inquieta y su horizonte colmado.
El niño, arrodillado frente a él,
abrió el libro que acababa de escribir
y le dijo:
"Te contaré la historia de un mundo que crearé.
Habrá animales como tú;
y más pequeños y más grandes,
que volarán, caminarán, nadarán, flotarán o se arrastrarán…
pero no serán mis preferidos.
Habrán un hombre y una mujer,
cuya descendencia hará todo eso también,
por los siglos de los siglos" concluyó;
y lo miró expectante ahora él,
con la inocencia fulgurante
del niño que se sabe deidad.
El elefante, que lo miraba más allá de su horizonte,
sintió que de algún sitio recóndito de su memoria,
una voz le susurraba con la potencia de un grito,
que los nombres de aquellos hombres
serían ‘Adán’ y ‘Eva’..
Fotos: Gregory Colbert.
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